domingo, 17 de abril de 2016

Interacción Maestro-Alumno



Hablando acerca de la interacción maestro alumno en preescolar e infantil en general, podemos recalcar que el papel del educador en la Educación Infantil es quizás uno de los elementos más determinantes de todo el proceso educativo ya que es él, en última instancia, quien va a guiar de forma directa el aprendizaje de un grupo de alumnos. El maestro no sólo pasa gran parte del tiempo con el niño, sino que además sus relaciones con éste tienen un carácter marcadamente educativo. El maestro organiza el tiempo, el espacio y su propia relación con el niño en función de los objetivos educativos que desea lograr. Es por ello que las características personales de cada educador, sus vivencias, la forma peculiar de interactuar con los niños, marcarán de forma singular todo el entramado de relaciones que es establezcan en el grupo.

Además el educador es para los niños un modelo significativo, que junto con sus padres y otros adultos relevantes en sus vidas, contribuyen a forjar una imagen adulta que, en buena medida va a incidir en su desarrollo.

Formación:

A lo largo de la práctica cotidiana, el educador/a deberá tomar una serie de decisiones de diversa índole que configurarán una forma particular de intervención didáctica. Subyaciendo a esta toma de decisiones nos encontramos con que cada educador parte de un concepto de niño y de su propio papel como agente educativo. Dependiendo de cómo perciba al niño, de las posibilidades que les estime y de los logros que en él prevea, el maestro orientará la actividad en un sentido o en otro, intervendrá en mayor o menor grado, concederá más o menos autonomía a los alumnos, etc.

Es por ello que la formación del maestro lejos de ser una mera capacitación en técnicas educativas, ha de orientarse hacia la adquisición de una metodología de trabajo científico que, estableciendo una adecuada relación entre conocimientos teóricos y prácticos le habilite para el desempeño de su función.

Actitudes:

Es importante mencionar que en los educadores se desprenden una serie de actitudes que el maestro ha de potenciar sobretodo con niños de corta edad:

* Actitud de respeto y confianza en el niño/a posibilitando que exprese sus opiniones y sentimientos, sin miedo a cometer errores fomentando así el sentimiento de seguridad en sí mismo y su autoestima.

* Actitud afectuosa y favorable hacia el trato con los niños, favoreciendo el acercamiento el contacto corporal y el diálogo afectivo.

* Actitud tolerante y no autoritaria animando a los alumnos a que asuman responsabilidades de forma paulatina, recogiendo las críticas y propuestas.

* Actitud favorable hacia la búsqueda y el descubrimiento, incitando a los niños a que se interroguen, establezcan diálogos sobre sus propias ideas e hipótesis.

* Actitud contraria a los prejuicios y estereotipos sociales contradictoria con la sociedad democrática a la que pertenecemos: discriminación, racismo,...

* Actitud y conducta coherente y estable de tal forma que los niños la puedan interpretar y predecir.

* Actitud favorable hacia el estudio, la formación y el auto perfeccionamiento en la línea de un enriquecimiento personal y profesional continuo.

* Actitud abierta a la participación, al intercambio de ideas y opiniones, al trabajo en grupo y a la crítica y a la autocrítica.

Relaciones interactivas entre niño y maestro:

La existencia de un ambiente cálido y de una relación personal afectuosa y trasmisora de seguridad emocional no se opone a la existencia de normas y a la presencia de retos y exigencias. Por el contrario, adquieren su valor educativo positivo cuando se dan en un contexto de consideración y afecto para el niño, y cuando además están adaptadas a sus posibilidades y se manejan por parte del educador de manera consistente y flexible. Cuando, además, el niño tiene ocasión de participar en la elaboración de las normas que rigen el funcionamiento del grupo, su valor educativo es todavía mayor.

Ahora, hablando de la interacción maestro-alumno en base al paradigma psicogenético.

Para la aproximación psicogenética, el maestro debe encaminar sus esfuerzos docentes a promover el desarrollo psicológico y la autonomía de los alumnos.
Desde esta perspectiva, el profesor, junto con el alumno y los saberes curri- culares, es una parte importante de la relación tripular existente en todo acto educativo. En tal sentido, el docente debe comprender la peculiaridad de esta relación y sus formas complejas de interacción, y tener en cuenta la gran meta educativa.
Como señala Shubauer – Leoni (1986); siguiendo a Verret (1975) y a Chevallard (198O, 1985), “el profesor es el ultimo eslabón de una serie de actores interpretes
y de una secuencia de procesos de descontextualización y recontextualización de saberes específicos disciplinarios.”
El profesor debe asumir la tarea fundamental de promover una atmósfera de reciprocidad, de respeto y autoconfianza para el alumno, y debe dar la oportunidad de que el aprendizaje autoestructurante de los educandos pueda desplegarse sin tantos obstáculos. Igualmente, esa atmósfera será́ el contexto adecuado para propiciar actividades cooperativas propuestas intencional mente, que promuevan entre los alumnos los intercambios de puntos de vista y el surgimiento de conflictos socio-cognitivos.
Por lo que toca a su figura de autoridad, el docente deberá reducirla en la medida de lo posible, para que el alumno no se sienta supeditado a lo que él dice cuando intente aprender o conocer algún contenido escolar y para que se fomente en el alumno la dependencia y la heteronomía moral e intelectual. El profesor procurará respetar los errores y las estrategias de conocimiento propias de los niños.
El profesor debe evitar el uso arbitrario de la recompensa y el castigo, y tendrá que promover que los niños construyan sus propios valores morales; así, sólo en las ocasiones en que sea necesario, hará uso de lo que Piaget llamó «sanciones por reciprocidad», siempre en un contexto de respeto mutuo.
Conclusión:

En conclusión, podemos ver la importancia de tener una buena interacción maestro-alumno de respeto, confianza, etc. Desde preescolar, ya que a esa corta edad es aun mas importante sentirte con el apoyo, confianza e incluso el cariño del profesor. Y también nos damos cuenta que esto puede afectar no solo la autoestima del niño si no también su ámbito cognitivo.


Bibliografía:
http://html.rincondelvago.com/la-funcion-del-maestro-en-educacion-preescolar-e-infantil.html
http://upvv.clavijero.edu.mx/cursos/SerFacilitadorCambioParadigma/vector2/actividad9/documentos/DESCRIPCION_PARADIGMA_PSICOGENETICO.pdf
http://educacion.idoneos.com/290431/

No hay comentarios:

Publicar un comentario